Ya han pasado unos meses desde el nombramiento del Conde Lorién de Alcoráz.
Desde entonces, el joven Lorién, ha comenzado su mandato con buen pie y un gran apoyo de muchas de las Casas asistentes a su nombramiento. A lo lejos, en unos cuantos meses, despuntará de nuevo con el enlace de su caballero, Albar d'Araguás, con la baronesa de la Casa Sèvèrac, Catharine de Sèvèrac.
Pero aunque todo parezca un campo de flores, no es el único que no olvida lo sucedido con el Arzobispo Belián de Ainzón, puesto que todas las Casas asistentes a tal celebración se encuentran a expensas de conocer lo sucedido en Avignon. Aunque es un suceso de gran importancia, no por ello han dejado de hacer sus quehaceres durante este tiempo.
Entre todo este mar de dudas y temores por lo que pueda ocurrir, Albar d'Araguás le propone a su Señor realizar una interesante cacería en su señorío para relajar las tensiones y celebrar su futuro enlace.
¿Quién puede decir qué no a tal proposición?